es más fácil hablar de penumbras, de las nubes de tu sombra,
de tu sombrero roto,
detrás de tu cielo, millones de respuestas de ésas de las que nos contamos,
de las que nos sueñan verdades y nos tejen desiertos de andares,
tus altares,
queríamos sonrisas,
saliste, escuchaste, volviste,
las habías conseguido:
-Las conseguiste!
hojas abrazadas por el frío,
talladas con tu nombre,
cuando no me gustaban los finales,
cuando aprendimos porque nos enseñaste,
ahora entendí, eran tus ojos,
por eso,
era mi botella vacía en mitad de tu puente,
era volverse,
porque ahora me gustaría una de tus gotas en mi espejo,
una de tus diosas, de ésas que entienden a las mariposas,
poder reconocerme en mi reflejo,
poder hacer que seas, como cuando eras,
para que veas, como cuando hacía que vieras,
para que no se me caigan, otra vez, las ideas,